Como nos advierte Rafael Sánchez Ferlosio en un libro extraordinario tenga en cuenta que “mientras no cambien los dioses nada habrá cambiado”.
Lo que sigue es para aquellos que aún creen.
Julio Blasco es Doctor por la Universidad de Alcalá, Licenciado en Armonía, Contrapunto y Composición, Licenciado en Dirección de Orquesta, Licenciado en Pedagogía musical, Profesor de Contrabajo, y Profesor de Solfeo, Repentización y Transporte. Cinco carreras que culminan en la lectura de su tesis, premiada con la máxima calificación posible: Sobresaliente Cum Laude por Unanimidad.
Como Director ha sido titular de la Orquesta de San Sebastián de los Reyes, y ha dirigido distintos grupos Corales y Orquestas de cámara.
Como Compositor hay que señalar sus composiciones para formaciones clásicas entre las que se cuentan su Concierto de Cámara, su Sinfonía nº 1 y sus últimas obras Seis Invenciones y Fuga para piano y su Soleá y Variaciones para Órgano.
Como Instrumentista ha colaborado con distintas agrupaciones y orquestas y especialmente con la del Conservatorio Superior de Madrid además de 30 años de dedicación al jazz con Horacio Icasto, Vlady Bas, Pedro Iturralde, Ricardo Miralles, Noah Shaye y un largo etc. Ha formado dos grupos, MCMLXXXVI con el que grabó 2 discos con composiciones originales de su autoría y Clínica Tubu’, con el que grabó un disco instrumental y otro en el que participa la gran cantaora de flamenco Carmen Linares (poseedora del Premio de la Música 2009 al mejor álbum flamenco), a quien acompaña en sus giras internacionales y con quien presentó en Madrid la versión de 1915 del Amor brujo de Falla.
Como Pedagogo ha sido profesor del Conservatorio de Soria, del Conservatorio Superior del País Vasco Musikene y actualmente es Profesor Doctor de la Universidad de Alcalá. Ha impartido numerosos cursos de Cámara, de Análisis e Interpretación Orquestal, de Dirección de Orquesta, de Improvisación en el jazz, y sobre Cantes Flamencos, entre otros. Como Ponente imparte Cursos sobre la explicación de los Cantes Flamencos desde la perpectiva Clásica.
Es Autor del libro “Lo que Karajan quiso saber del flamenco y no pudo”. Y también del “Los cantes flamencos. Un ensayo“, y del “Música en el aula. Práctica para la composición musical”.
A estas alturas, sin embargo, lo que va quedando en él —según nos cuenta— es una especie de hartazgo vital de tamaño mastodóntico, que se nutre constantemente de la comprobación, día tras día, de la mediocridad, pobreza intelectual, soberana imbecilidad y estulticia reinante por todas partes (tómense los dos últimos términos en el sentido que les da H. Eco en su “Péndulo de Foucault”, Bompiani-Lumen, pag. 62-63). Estupidez, imbecilidad y mediocridad que en su contumacia resisten a cualquier tipo de razonamiento, y hacen imposible eso que algunos pensamos que podía ser vivir.
Pero por si sigue usted creyendo lea el siguiente poema:
Enorgullécete de tu fracaso,
que sugiere lo limpio de la empresa:
luz que medra en la noche, más espesa
hace la sombra, y más durable acaso.
No quiso Dios que dieras ese paso,
y ya del solo intento bien le pesa;
que tropezaras y cayeras,
ésa es justicia de Dios: no le hagas caso.
¿Por lo que triunfo y lo que logro, ciego,
me nombras y me amas?: yo me niego,
y en ese espejo no me reconozco.
Yo soy el acto de quebrar la esencia:
yo soy el que no soy. Yo no conozco
más modo de virtud que la impotencia.
SONETO TEOLÓGICO I, Agustín García Calvo